lunes, 5 de noviembre de 2012

Una reflexión más.


   Cuando quieres a alguien eres capaz de perdonar casi cualquier cosa, quizás algún día pueda perdonarte, quizás ya lo he hecho o quizás nunca lo haré. Creo que te di todo lo que pude, todo  lo que tenía, y aún así fue poco para ti. Pero se acabó, no voy a aguantar tus vacilones nunca más, ni cuando vuelvas arrepentido por lo que has hecho. Ahora me toca a mí hacer mi vida, sin ti. Ya está, tu decidiste irte de mi vida y así lo tendrás, pero recuerda que una vez  te hayas ido ya no estará mas tu lugar.
  Soy fuerte y sé que toda la rabia que sentí la puedo utilizar para olvidarme de ti, quizás con el tiempo podamos volver a hablar y puede que hasta lleguemos a ser amigos, pero solo eso. A mis 17 años solo he tenido una relación a parte de la que tuve contigo, no sé como esperabas que fuera una experta en esto de el amor y ni siquiera te molestaste en enseñarme algo de lo que tanto presumías de saber. No te olvides nunca de que nadie hará todo lo que yo por ti, para tragarme mi gran orgullo tantas veces solo por querer estar contigo, y no lo digo por echarme flores, pero hay que estar muy loca para darte todo a cambio de unas migajas de tu atención.  Está muy claro que de errores se aprende y contigo aprendí que nunca debes confiar en alguien que habla mucho y demuestra poco, alguien que un día es blanco y al otro negro,  y mucho menos el alguien que no está dispuesto a hacer lo más mínimo para que sientas que sigue ahí, a tu lado.
  Escuchar canciones lentas como de costumbre se me hace tan difícil… que casualidad que todas me recuerden a ti. Pero no importa, porque como yo misma dije, las cosas se superan y se recuerdan sin que duelan. No vamos a ser amigos, tampoco enemigos, simplemente seremos dos extraños con unos cuantos recuerdos en común.  Con el paso del tiempo y el conocer otras personas te olvidaré, tranquilo no tardaré mucho ya que prefiero tener en mi cabeza cosas que realmente vale la pena tener.

No hay comentarios:

Publicar un comentario