A esos amigos que ya
no están, gracias por ayudarme a darme
cuenta de quiénes realmente estaba ahí por mí y no por cualquier otra
circunstancia. Por enseñarme a diferencia entre amigo y conocido, entre amistad
y cualquier otra cosa. Prefiero pasar las horas sola en cualquier playa a estar
rodeada de gente y seguir sintiéndome sola.
A esos amores que acabaron,
gracias por esos momentos tan bonitos y por esos malos momentos que tanto me
enseñaron también. Por cada instante de felicidad, cada sonrisa, cada caricia.
Gracias por esas pequeñas y grandes cosas que en poca o gran medida me hicieron
madurar.
A ese corazón que
pude haber roto, siento lo que pude hacerte pasar. Siento no haber sabido
valorarte, o no haber sabido llevar bien las circunstancias o mis propios
pensamientos. Siento el daño que causé y espero que los momentos en los que todo
iba bien hayan servido de algo. Espero que el mal trago te haya servido, al
igual que me ha servido a mí, para aprender y madurar aunque no lo merecieras.
A ese que rompió mi
corazón, las cosas se superan y al final sólo nos quedarán nuestros recuerdos,
por eso prefiero recordar los buenos momentos que pasamos juntos y utilizar los
malo para aprender y una vez aprendida la lección desechar los malos
pensamientos, porque de nada vale guardarte rencor. Probablemente te hayas arrepentido
cuando viste que pude rehacer mi vida sin ti, que se me ha dado muy bien fingir
que nada me importaba ya aunque por dentro estuviera hecha pisco. Al fin y al
cabo si me pongo en tu lugar no puedo entenderte pero cada uno toma sus propias
decisiones y no quieras volver atrás.
A ese amigo que está
ahí, un millón de gracias por apoyarme aunque sea desde la distancia cuidando
de mí, y que cuando notas un mínimo de tristeza en mi mirada haces que brote en
mi rostro una sonrisa, haces que la alegría vuelva a existir en mi vida y sólo
con mirarme eres capaz de ver que dentro de mí se esta librando una batalla
entre la razón y mi corazón. Y estás ahí, siempre, aunque no puedas hacer nada
para cambiar mi estado de ánimo te quedas conmigo y aunque sea en silencio,
sigues ahí. Lejos, cerca, de día, de noche, estés ocupado o no, haga frío o
calor, sé que puedo contar contigo que si te llamo vendrás, y por supuesto
puedes contar conmigo para lo que sea, cuando y donde sea.
Gracias a todas las
personas que han pasado por mi vida, para bien o para mal habéis me habéis
aportado cosas, sensaciones, madurez, mil cosas que sola no podría haber
aprendido. Espero haber aportado, aunque sean cosas insignificantes, algo a
vuestras vidas. Quizás un poco de sentimiento, alegría, una sonrisa, aunque sea
un corto instante de felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario