Sé que no soy todo lo que alguien puede querer tener en
su vida. Sé que no soy perfecta, y aunque tampoco pretendo serlo, me gustaría
de una vez poder ser perfecta para la vida de alguien, me gustaría encajar por
primera vez como la última pieza de un puzle, completándolo. Completar y que me
completen por fin, y que al mirarle a los ojos sienta que lo que hay entre
nosotros es real, esa sensación de
plenitud.
Aunque paso por
una mala época amorosa( mi corazón está hecho añicos), me gustaría que cuando
esto acabe y todo mejore, pueda yo estar con alguien con quien el amor sea una
realidad, no un pasatiempo, una ilusión. Que mi vida cambiase, me gustaría aprender
a no darle todo a la otra persona, a no confiar tanto en las palabras y exigir
hechos.
Pequeñas cosas,
tan insignificantes como un ‘’ Buenos días’’ , una canción, un ‘’ te extraño’’,
una pulsera… son las que nos ayudan a recordar cada día que no estamos solos,
que hay alguien que aunque no esté a nuestro lado físicamente , vela por
nosotros. Y ahí está la magia del amor, del querer a alguien de una manera que
solo tú y esa persona entendéis. Ahora mismo lo único que me queda es una
pulsera que ha ido perdiendo todo su significado, aunque esto haya ocurrido,
al verla me acuerdo de él y de la noche
en que me ‘’quitó’’ la gemela a esta. Todo esto no tiene ningún valor ya, al
recordar el tiempo que estuvimos juntos lo único que siento es rabia, y lloro. Rabia
porque he sido estúpida y al mirarme ahora no puedo hacer otra cosa que preguntarme
el por qué. ¿Por qué aún después de una y otra decepción seguía creyendo que
era lo mejor que me podía haber pasado? Ahora sé que no, que viendo cuales eran
sus valores hacia mí me doy cuenta de que lo mejor para mí hubiera sido no
conocerle, o que solo hubiese sido uno más, algo efímero que no hubiera dejado
huella en mí.
Todos cometemos errores y el mío fue creer en él y en que
era verdadero, pero las cosas que no nos matan nos hacen aprender la lección y
ser más fuertes. Y si de una vez no la aprendemos, nuestro querido amigo el
destino se encargará de hacernos una segunda prueba.
Sinceramente
intento aprender a la primera, pero hay veces que necesito una segunda o
tercera lección, suficiente para clarificar lo que quiero y está claro que no
te quiero en mi vida. Y si como persona debo aprender que las segundar
oportunidades rara vez existen, para hacerme valer no debo dárselas a
cualquiera.
Toda la razón del mundo. En mi caso: Idem ciclismo.
ResponderEliminar